
Reflexión del Evangelio del día.
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Miércoles 24 de Junio
Evangelio según San Lucas: 1,53-66.80
“Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”.Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”.Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”.
Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Que llegará a ser este niño?” Porque la mano del Señor estaba con él.El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.”
Palabra del Señor
Reflexión:Nosotros también, como Juan, hemos sido escogidos por el Padre aún antes de nuestro nacimiento. Cristo todavía necesita ser anunciado hoy: ¿Le hacemos nosotros visible en nuestras vidas? ¿Conduce a Cristo nuestra forma de vivir?
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